Primera guerra
mundial
Entre 1914 y 1918 se desarrolló en Europa el
mayor conflicto hasta entonces conocido. Motivada por conflictos
imperialistas entre las potencias europeas, la "gran guerra", como se
denominó originalmente a la Primera guerra mundial, implicó a toda la población
de los estados beligerantes, así como a la de sus colonias respectivas.
La causa
inmediata que provocó el estallido de la primera guerra mundial fue el
asesinato del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo,
Servia (posterior Yugoslavia), el 28 de junio de 1914.
Austria
presentó un ultimátum a Serbia y el 28 de julio se declaró la guerra. El sistema
de alianzas militares creado en los años previos entró entonces en
funcionamiento.
Rusia ordenó
la movilización de sus ejércitos contra Austria, por
simpatía con sus hermanos eslavos. Alemania,
aliada del imperio austro-húngaro, concentró el máximo de fuerzas
disponibles para lograr rápidamente una victoria sobre Francia y permitir con
ello dirigirse contra Rusia.
El plan dejó al ejército austríaco encargado
de contener a los rusos en el frente oriental y dirigió la mayor parte de sus
tropas contra Francia.
El ejército francés se dispuso a su vez a
aplicar el contraataque centrado en el río Marne
Los alemanes
iniciaron su ofensiva occidental con la toma de Leija el 16 de agosto de 1914. El 20 de
agosto de ese año entraron en Bruselas. La defensa francesa fue arrollada, pero
en septiembre, cuando la balanza parecía inclinarse del lado alemán, el
ejército francés consiguió rechazar la ofensiva alemana en la primera batalla del Marne. Tras las batallas de Yser e Ypres se
estabilizó un frente que iba desde el canal de la Mancha hasta Suiza.
En el frente
oriental, el ejército ruso se dirigió al este de Prusia, donde derrotaron
al ejército austríaco. Los generales alemanes Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff lograron sin embargo una gran
victoria sobre el ejército ruso en las batallas de Tannenberg (26 de agosto de 1914) y de los lagos Masurianos (febrero de 1915). Rusia dirigió entonces
una operación masiva contra Silicia, pero los resultados no fueron favorables a
ninguno de los dos bandos y el frente oriental quedó también estabilizado.
El imperio
Otomano (Turquía) entró en la guerra el 10 de agosto de 1914, al acoger
en sus aguas territoriales a dos barcos de guerra alemanes.
En esta
primera fase, la guerra en el mar se libró entre el Reino Unido y Alemania. Los
británicos tenían una clara superioridad numérica en flota de superficie,
mientras que Alemania dedicó su esfuerzo
sobre todo a la guerra submarina. En el ataque a las islas Falkland (Reino
Unido), efectuado el 8 de diciembre de 1914, los alemanes sufrieron una
terrible derrota que supuso el principio del fin de sus operaciones en alta
mar. Inició entonces el Segundo Reich alemán una campaña de bloqueo comercial
submarino que conmovió a la opinión mundial cuando, el 7 de mayo de 1915, fue
hundido el trasatlántico británico "Lusitania", con dos mil pasajeros
a bordo.
Los años de igualdad de fuerzas
A comienzos de 1915, los rusos,
amenazados por los turcos en el Cáucaso, pidieron a los británicos una acción
rápida contra Turquía. En el Reino Unido, y poco después en Francia, se aprobó
el plan de ataque de Winston Churchill. En febrero, una expedición naval tomó las
fortalezas situadas en la entrada de los Dardanelos. Sin embargo, los
turcos resistieron en el interior, con lo que también aquí se estabilizó el
frente.
Los alemanes se mantuvieron en general a la
defensiva en el frente occidental y concentraron sus esfuerzos contra los
rusos, a quienes derrotaron rompiendo su frente y obligándolos a retirarse en
una línea que iba desde el mar Báltico hasta Chernovtsi, en la frontera rumana.
En 1915,
Italia declaró la guerra a Austria. El avance italiano hacia el este pronto fue
detenido, lo que supuso el inicio de una guerra de trincheras en torno
al río Isonzo. En septiembre, los imperios centrales firmaron un tratado con Bulgaria y ocuparon Serbia.
Durante el
invierno de 1915 y 1916, Alemania dirigió su acción contra Francia en una
ofensiva que se inició el 21 de
febrero de 1916 en Verdún, cuya defensa fue confiada al general francés
Philippe Pétain. Pero la ofensiva de los
aliados en el Somme distrajo la atención de los alemanes, que perdieron así
su gran oportunidad.
En el verano de 1916 tuvo también lugar la confrontación entre la
flota alemana y la británica en la batalla naval de Jutlandia, en el mar
del Norte, que ambos contendientes consideraron como una victoria.
En el frente oriental, en 1916, los rusos
iniciaron una importante operación de ataque que tuvo como resultado indirecto
la entrada de Rumania en la guerra a
favor de los aliados.
De enero a mayo de 1917, la estrategia aliada
en el frente occidental consistía en que el ejército británico hiciese ataques
preparatorios, reservándose a los franceses una ofensiva mayor en la región de
Champagne.
El
hundimiento de tres barcos mercantes estadounidenses por los submarinos
alemanes provocó la declaración de guerra de los Estados Unidos a Alemania el 6 de abril de 1917.
En el frente
oriental, la revolución rusa supuso un respiro para los imperios centrales. El armisticio firmado en Brest-Litovsk el 15 de diciembre de 1917
benefició a Alemania, que quería la paz en el este para transferir tropas
al frente occidental, así como al partido bolchevique ruso, que la deseaba para
consolidar su régimen.
En el frente occidental, los británicos
iniciaron de junio a diciembre de 1917 una ofensiva en Flandes que se cerró con
una operación de gran significado para el futuro: la batalla de Cambrai, donde
se utilizaron por primera vez carros de combate.
Entre mayo de 1917 y septiembre de 1918 se
iniciaron movimientos de paz por parte del emperador austríaco Carlos I y del
papa Benedicto XV. Durante 1918, el presidente Woodrow Wilson formuló sus
famosos "catorce puntos", donde definía las bases de la paz,
indicando soluciones para los problemas originados por la guerra.
Término del conflicto
En el frente
occidental, de marzo a septiembre de 1918, el mayor problema de los aliados era
cómo defenderse de una inminente ofensiva alemana antes de la
llegada de refuerzos de los Estados Unidos. Alemania decidió atacar,
aprovechando la ventaja derivada de la transferencia de tropas del frente
oriental. Lanzó una serie de ofensivas que culminaron en la segunda batalla del Marne, pero
los aliados recuperaron la iniciativa con la llegada de fuerzas
estadounidenses. Los germanos se convencieron de la necesidad urgente de
la paz negociada. En todos los demás frentes, los aliados iniciaron
ofensivas que contribuyeron a minar las fuerzas alemanas y austro-húngaras. En
Italia, las fuerzas austríacas se amotinaron a fines de octubre de 1918, y el
alto mando ordenó la retirada general.
El imperio
austro-húngaro comenzó a desmoronarse. Sus diversas nacionalidades (eslavos del
sur, checos y polacos) proclamaron la independencia, con lo que
los territorios de Austria y Hungría quedaron muy mermados.
La ofensiva
final en el frente occidental consistió por parte de los aliados en
ataques convergentes contra las posiciones alemanas al oeste de la línea que
iba de Ypres a Verdún. El 3 de octubre de 1918, el canciller alemán, el
príncipe Maximiliano de Badén, envió una nota a Wilson en la que pedía el
armisticio y el establecimiento de negociaciones de paz. El 27 de octubre,
Alemania consintió en aceptar las condiciones de Wilson para la tregua.
El 9 de noviembre, Guillermo II renunció al
poder al tiempo que se producía en Alemania una revolución proletaria que
sería finalmente sofocada por grupos contrarrevolucionarios y militares. En
Europa comenzaron los preparativos para la conferencia de paz de Versalles.
Consecuencias
La guerra mundial había causado cerca de diez
millones de muertos y varios millones más de heridos, en su mayoría jóvenes,
principalmente de Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido. Las pérdidas
materiales fueron también cuantiosas en los países beligerantes.
Por otra parte, la contienda había generado
un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: por primera vez
participaron de forma activa en el combate los fusiles de repetición, las
ametralladoras, los gases asfixiantes, los tanques, los dirigibles y los
aviones, y también por primera vez se practicaron la guerra de posiciones y los
bombardeos de ciudades. La exacerbación del patriotismo y la movilización de la
sociedad civil fueron otras novedades de la primera guerra mundial.
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